burgui - fuenterrabia
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Octava y última etapa, que nos llevaría hasta Fuenterrabía, y al Mar Cantábrico. Recorrimos las pocas pistas abiertas que nos encontramos por el camino, pasamos por Francia, y entre caminos y carreteras remotas y sinuosas, llegamos a nuestro destino. ¡Transpirenaica completada!
Y desde allí, nos fuimos directos a Madrid. Teníamos que hacer cambio de maletas rápidamente y emprender un nuevo viaje, pero esta vez en moto.
Antes de salir, nos dimos un buen paseo por Burgui y descubrimos por qué se conoce como “El pueblo de los oficios”.
Este era nuestro hotel.
A lo largo de un camino explican cómo funcionaban las almadías, los neveros (donde almacenaban nieve, hielo y se comercializaba), los caleros (para la extracción de cal), los hornos... Muy bonito y muy interesante.
Lo estábamos pasando muy bien, pero teníamos que continuar nuestro camino, así que nos pusimos en marcha. Hoy nos costó bastante encontrar pistas abiertas, de modo que tuvimos que hacer más asfalto del que nos hubiera gustado.
¡Transpirenaica completada! Ya estábamos en el Cantábrico, en Fuenterrabía. Habíamos llegado desde el Mediterráneo hasta el Cantábrico. Dos mares separados (aunque yo prefiero decir “unidos”) por los formidables Pirineos.